Un agente de la DEA, Bobby Trench (Denzel Washington), y un oficial de la
Inteligencia Naval, Michael Stigman (Mark Wahlberg), consiguen robarle 43
millones de dólares a la mafia. El problema consiste en que en realidad ese
dinero no era de la organización criminal, sino de la CIA. Adaptación al cine de
una novela gráfica de Steven Grant.